Fue proyectado por el arquitecto Gastón Mallet para la “Calvet y Cía.”, una firma francesa dedicada a la comercialización de vinos.
Esta propuesta del arquitecto Maillart nunca fue concretada, y el Correo recién fue inaugurado, con muchas modificaciones de su concepto original, en 1928.
El estudio de los arquitectos Caffarini y Vainstein ganó un concurso para la remodelación total del edificio Calvet.
Pero con el tiempo los dueños decidieron demoler la primera etapa construida para hacer un nuevo edificio de oficinas, encargado al estudio Caffarini y Vainstein.
Lamentablemente, una vez demolido el viejo edificio, no se realizó ninguno nuevo, y hasta la actualidad solo existe una playa de estacionamiento a cielo abierto.