Hacia 1853 continuó formándose en París, con Charles Gleyre, especializándose en pintura histórica.
También fueron obra suya los frescos que decoraban la bóveda del Teatro Isabel la Católica de Granada que resultó destruido en 1936.
En Granada pintó numerosas acuarelas muy apreciadas y premiadas en exposiciones locales.
Igualmente participó en la creación del Centro Artístico.
Fueron discípulos suyos Valentín Barrecheguren, Isidoro Marín Garés, Enrique Marín Sevilla, Rafael Latorre Viedma, Eugenio Gómez Mir, entre otros, sobre cuyas respectivas obras ejerció cierta influencia.