Eduardo J. Correa

La Provincia fue importante para autores "provincianos", como el jalisciense Francisco González León, los zacatecanos Manuel y Severo Amador, el regiomontano Junco de la Vega o la potosina Luisa Godoy.

El Observador se anunciaba como un "semanario independiente de información política, literaria, social, artística y comercial".

[3]​ En este periódico, Ramón López Velarde, que por entonces tenía 19 años, publicó sus primeros escritos firmados bajo el seudónimo "Aquiles"[4]​ en 1907.

En 1909, Correa publicó En la paz del otoño,[5]​ un libro de poesía que fue prologado por su amigo Ramón López Velarde.

La intención era colaborar con publicaciones que buscaran promover los valores católicos y ofrecer una voz alternativa a los movimientos anticlericales de la época.

Esto le permitió continuar defendiendo los principios católicos en un contexto de crecientes tensiones entre el Estado y la Iglesia.

En ella colaboraron autores como Ramón López Velarde y Alfredo R. Placencia, consolidándose así como un proyecto de resistencia cultural frente a las influencias modernas que Correa consideraba nocivas.

Este diario aporta una perspectiva única sobre la vida en México durante la Revolución, vista desde los ojos de un escritor profundamente comprometido con la fe católica.

[10]​ Asimismo, su Autobiografía íntima, escrita a los noventa años, es una obra significativa que recoge tanto su trayectoria literaria como sus experiencias personales y profesionales.

[10]​ Correa fue un miembro activo del Partido Católico Nacional, el cual surgió en respuesta a las políticas anticlericales de la Revolución Mexicana.