En poco más de una década dejó en Madrid una importante obra consolidando la arquitectura burguesa que practicaron otros técnicos como Luis Sáinz de los Terreros y Joaquín Rojí.
[2] Habiendo ganado oposición como arquitecto de Hacienda, se inició en Barcelona.
Se trasladó luego a Madrid donde ha dejado su obra más representativa.
[3] En 1910 construyó en Astorga un palacete por encargo del empresario chocolatero Magín Rubio González para albergar una fábrica de chocolates, almacén de coloniales y oficina bancaria.
A partir de entonces se especializó en edificios que albergan teatros.