Tras las muerte de su padre en 1376, Ricardo se convirtió en heredero de su abuelo Eduardo III al que sucedió al año siguiente.
[3] Su nombre hace referencia a su lugar de origen, como era usual en Europa en el s. XIV.
[b][11] La noticia del nacimiento del príncipe fue de tan agrado al rey que recompensó a John Delves, el mensajero real, con una anualidad de cuarenta libras.
[14] Además durante el bautismo se celebraron espléndidos torneos.
[30] El cuerpo de Eduardo fue exhumado en 1388/9 y llevado a Inglaterra por Robert Waldby, obispo de Aire, por órdenes del ya rey Ricardo II[31] para posteriormente ser enterrado en Chilterne Langley (llamada también Children's Langley),[32] un priorato en Kings Langley.
[c] A pesar de que su hermano Ricardo posiblemente no habría podido recordarlo, este le mantenía un afecto especial.
[1] El díptico se conserva en la Galería Nacional de Londres.