En Oriente, las principales materias eran la lengua griega, las obras de Homero, retórica, filosofía, música y deporte.
La lactancia y los primeros cuidados, eran consagrados a una ama de crianza, ama de leche o nodriza es una mujer que amamanta a un lactante que no es su hijo, considerada por el niño como una segunda madre.
La schola ("escuela") estaba regida por el calendario religioso, las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años.
En cambio, en la mitad occidental, se enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte.
Entre tanto, sus hijos recibían un pequeño salario (peculium) y debían responder a su autoridad (patria potestas).
Las costumbres, las creencias y las leyendas iban pasando así familiarmente de unas generaciones a otras.
La escuela se situaba en un pequeño cuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (según el tiempo y las posibilidades).
Comentando los textos clásicos, los niños aprendían de todo: geografía, historia, física, religión, mitología, etc. A los 16 años había una bifurcación: los jóvenes tenían que decidirse por el ejército o los estudios (cursus honorum).
Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas pedagógicas de cómo formar al orador.
Entre los ejercicios frecuentes estaba la realización de juicios ficticios en los que unos alumnos acusaban y otros defendían.
Para ellos, un área de estudio era buena solo si servía a un propósito más alto o asunto determinado.