A la edad de diecisiete años, él y su familia son contagiados por la gripe española.
La Primera Guerra Mundial hizo estragos en la mayor parte de su adolescencia, y Edward soñó con unirse al ejército tan pronto como cumpliera 18 años, a la que evocó en Midnight Sun, diciendo que su amor por su madre era la única cosa que le hacía reacio a la idea aparte de ser menor de edad.
Eso cambió, sin embargo, cuando él y sus padres se enfermaron con la gripe española en 1918.
Carlisle actuó en sus deseos cuando Edward estaba cerca de la muerte a sí mismo.
Edward formó un vínculo profundo con Carlisle, quien se convirtió en una figura paterna para él, ganó la confianza de Edward y le quiso de la forma en la que nunca quiso a su padre biológico.
Carlisle fue el primero que se dio cuenta de las habilidades telepáticas de Edward; Edward podía responder a las preguntas que Carlisle no había preguntado en voz alta.
En el momento en que llegaron, Alice entró en la habitación de Edward, muy a su pesar.
La líder Tanya mostró afecto hacia Edward, pero él no compartía ese interés.
En varias ocasiones menciona la perfección de sus rasgos faciales (pómulos salientes, una fuerte mandíbula, nariz recta, labios redondeados) y físicos, y hasta llega a compararlo con el Adonis de la mitología griega.
Igualmente, cuando su sed se acentúa aparecen oscuras ojeras debajo de sus ojos.
El personaje de Edward Cullen es interpretado por Robert Pattinson, tras una audición que consistía en una escena romántica del filme con Kristen Stewart, quien fue una de las primeras actrices escogidas por la directora, supervisada por la directora Catherine Hardwicke.