A los pocos segundos del colapso del World Trade Center; los materiales de construcción, los equipos electrónicos y los muebles fueron pulverizados y esparcidos por el área provocando una humareda que causaría males de salud a corto, mediano y largo plazo.
[1][2] Un estudio publicado en diciembre de 2012 en The Journal of the American Medical Association observó la posible asociación entre la exposición a los escombros del World Trade Center y un riesgo excesivo de desarrollar cáncer.
Los hallazgos mostraron que la incidencia general de todos los cánceres entre los "trabajadores de rescate y / o recuperación" no fue significativamente elevado, en comparación con los "trabajadores que no son de rescate y / o recuperación".
[7] El Dr. Michael Craine del Programa de Salud del mismo nombre diría en una entrevista con Newsweek: Nunca sabremos la composición de esa nube, porque el viento se la llevó, pero la gente estaba respirando y comiéndola.
Los investigadores del estudio confirmaron 98 muertes con certificados de defunción.
Entre los fallecidos se encuentran bomberos, oficiales, supervisores, sargentos, detectives, abogados, personal financiero, maestros y voluntarios de la sociedad civil.