Los condenados, y en algunos casos varios presos, generalmente se paraban en una plataforma ante una multitud en un estadio o plaza.
El prisionero era levantado del suelo por una grúa, con la cuerda alrededor de su cuello, lo que provocaba una muerte más lenta por estrangulamiento.
[4] Las autoridades gubernamentales generalmente han evitado ejecutar públicamente a los presos políticos porque genera una mayor protesta nacional e internacional.
No obstante, los presos políticos aún han sido ejecutados públicamente, en algunos casos con el pretexto de ser narcotraficantes.
En prisiones como Evin, los presos políticos se han visto obligados a presenciar o incluso participar en ejecuciones retirando cadáveres.