Formalmente incluye la pedanía de Sotuélamos, aunque en la actualidad se encuentra prácticamente abandonada y no hay habitantes censados en ella.
Se caracteriza fundamentalmente por inviernos fríos, con medias invernales muy bajas, registrándose temperaturas por debajo de 0 °C.
Sus veranos suelen ser calurosos y secos, en los que se superan ampliamente los 30 °C.
Con una pluviosidad no demasiado acusada se registran aproximadamente 400-600 mm de media anual.
Otra de las particularidades climatológicas es la gran presencia que el viento tiene en la localidad, no en vano han sido instalados varios parques eólicos dentro de su término.
Estas, a caballo entre los siglos XII y XIII, se unieron en Cerro Bueno formando lo que hoy es El Bonillo, en el sitio donde se encontraba una pequeña iglesia de estilo gótico.
Sin embargo, los topónimos trasmitidos no tienen ninguna confirmación etimológica y apenas sentido.
Poco después, en 1538 se le concede la segregación del Alfoz de Alcaraz.
Estos enviaron sus tropas que, engrosadas con las reclutadas en El Bonillo, se pusieron en marcha para liberar al pueblo de Munera del dominio del marqués, dando así inicio a la guerra de sucesión castellana.
Otra bodega conocida en la zona es Finca Élez, que posee igualmente denominación de origen propia, D.O.
Existe un incipiente «proyecto de dinamización turística» basado en: 1.- La actividad cinegética.
Es interesante apuntar que el casco antiguo de la población mantiene una singular autenticidad cervantina en su estructura.