El Cuajilote

Este sitio está enclavado dentro del área urbana de Tlapacoyan, Fray Alonso de Molina,[5]​ establece que Tlapacoyan es una palabra náhuatl que significa ‘lugar donde se lava’, es decir ‘lavadero’.

Cecilio Robelo por su parte establece que es una voz impersonal del verbo tlapa, ‘lavar’ y yan, expresa el lugar donde se ejecuta la acción del verbo, resultando ‘lugar donde se lava o lavadero’.

[2]​ La Gran Plaza Totonaca, está resguardada por acantilados, cañones y barrancas cruzada por el Río Filobobos, se sitúa en una zona sumamente lluviosa con una antigüedad que se calcula en un poco más de 2000 años.

[8]​ Figurillas fálicas (tipo San José Acateno), representando a un personaje (dual), implica culto a la fertilidad y renacimiento, manifiesta un ciclo de renovación constante de la vida, culminando con el triunfo del sol sobre las tinieblas del inframundo.

[3]​ En esta zona existen varios sitios arqueológicos aun no explorados, entre los que se encuentran Piedra Blanca, en la margen izquierda del río Nautla; Vega de la Peña, una ciudad antigua, a 3 kilómetros río abajo; La Colorada y, sobre la carretera a Martínez de la Torre, El Relicario.

[3]​ El sitio tiene tres ejes (sur-norte), con montículos que rodean plazas (aproximadamente 400 por 80 metros) con altares centrales.

Este altar se considera un adoratorio a Tlaltecuhtli (‘comedor de inmundicias’), representado por un enorme sapo esculpido en una pieza, y que presenta en los costados un posible chalchihuitlxóchitl o ‘flor divina’, así como la faz mutilada.

[3]​ Frente al altar anterior, se encontró un temascal circular grande, utilizado para baños ceremoniales y de purificación comunal.

Tiene un Templo denominado Las Grecas, en su fachada tiene una franja que alude a la xicalcoliuhqui o ‘serpiente de fuego’.