El Invencible (novela)

Regis III es un planeta similar a la Tierra en muchos sentidos, pero también está casi desprovisto de vida.

Pronto se establece la hipótesis de que alguna civilización extinta creó dichas máquinas en Regis III, posiblemente para la guerra, y que la continua confrontación de dichas formas autorreplicantes ha imitado la evolución, y ha dado lugar así a una única forma de vida artificial que domina ahora toda la superficie: minúsculas máquinas similares a insectos voladores.

La tripulación, encolerizada, procede a atacar a los cada vez más numerosos enjambres con el mejor armamento del que disponen.

Pero poco a poco, empiezan a darse cuenta del absurdo de su esfuerzo: los nanobots son imparables y derrotan cualquier ataque por la fuerza de su número y sus habilidades largamente evolucionadas, además de que literalmente forman ya parte del ecosistema de Regis III y, por lo tanto, exterminarlos sólo sería posible arrasando el planeta entero.

La novela abunda en reflexiones sobre la evolución y la inteligencia humana, y expresa que ni la inteligencia ni la complejidad biótica son necesariamente el resultado final e inevitable de la evolución: los nanobots de Regis III no poseen ni una cosa ni otra, y son sin embargo los adversarios más formidables jamás encontrados por la humanidad.