[3] El mismo constituyó un símbolo muy popular y tradicional, por su fisonomía caracterizada por su gran volumen y por la fuerte miopía que sufría que le hacía usar gafas de muy alta graduación.
Nació en la calle Güines junto a la Casa de la Moneda.
Fue bautizado en la parroquia del Sagrario y estudió en el Colegio San Diego, junto a la iglesia de Santa Cruz.
[5] Con diez años cantó su primera saeta en Semana Santa.
En 2010 el escritor Antonio Ortega publica un libro a su memoria titulado El Último Trovador.En 2014, el Ayuntamiento de Sevilla le concedió la medalla de la ciudad, a título póstumo.