La traducción correcta al castellano es el belén o el nacimiento, ya que el pesebre es el nombre dado en Cataluña a la representación artística por medio de figuras del nacimiento de Cristo, que se hace durante la época navideña, y es esta acepción de la palabra catalana Pessebre la que da título al oratorio.
La partitura termina con el Gloria, un canto a Dios subrayando el deseo de paz.
Nada mejor que este mundo, entre ingenuo y conmovido de la Navidad cristiana.
En 1944, el poeta Joan Alavedra entregó a Pau Casals el texto de El Pesebre y animó al músico a escribir un oratorio creado en una atmósfera y un carácter catalanes.
Casals trabajó años y virtualmente acabó las tres primeras partes de la obra.
Por la misma razón, Casals utilizó en la composición una técnica clara y limpia, huyendo de cualquier efectismo.