El Rengo Crispín

Nunca mató por la espalda ni a traición: los hechos ocurrieron en tiroteos, en legítima defensa propia o mayoritariamente en duelos con rivales y contra cuatreros del territorio poblano.

Demostró gran habilidad para el acarreo de ganado y monta a pelo; en estos eventos nace su apodo al tener un accidente que le marcaría por vida, quedando con una lesión en su pie derecho.

Años después, mueren sus hermanos en emboscadas:[6]​ Fidel en Izúcar de Matamoros en el año 1986, Cirilo en Alpoyeca, Guerrero en 1987 y Juan, en Puctla en 1989.

Salvador quiso aprehenderlo por una supuesta infracción cuando Crispín circulaba en su automóvil en el centro de Izúcar de Matamoros, testigos y medios locales sostuvieron que el federal quería aprehender a Crispín por su influencia y por ser una figura afamada.

Tal dimensión alcanzó su fama que el gobierno mexicano llegó a contratar a la (desaparecida) agencia Cámara de Atlixco (donde militaban detectives sicarios y escoltas), además de participar la Policía Judicial y el Ejército Mexicano, para su captura lo cual derivó en su muerte.

Durante el enfrentamiento, repelió la agresión hasta acabar las municiones de su fusil M1, matando al hombre que lo traicionó y abatiendo a un agente del gobierno; estas fueron las dos últimas muertes atribuidas al forajido.