Se centran en la relación (dialéctica) entre el "todo" (o totalidad) y las "partes".
Este vaivén (dialéctica) de causalidad implica un proceso dinámico.
Un biólogo dialéctico acepta completamente esta imagen y luego busca formas en las que las criaturas en competencia (que sirven como conflictos internos en el medio ambiente) conducen a cambios.
Los cambios se manifiestan en las propias criaturas, a través de las criaturas que adoptan adaptaciones biológicas que les proporcionan ventajas, y en el propio medio ambiente, como cuando la acción de los microbios fomenta la erosión de las rocas.
Además, cada especie es parte del "entorno" de todas las demás.