(2019); estos forman lo que se ha denominado el “Clayton Universo”, puesto que las tres novelas sumando El buzón de las impuras, todos los libros están ambientados en el Chile del siglo XIX.
[7] Para la autora el escribir sobre estas mujeres es hacer justicia sobre la tragedia de la muerte de 2.000 mujeres que ni siquiera tienen una lápida con sus nombres en el Cementerio General donde sus familiares puedan dejar flores, sus cuerpos terminaron en una gran fosa común.
Muchas de las mujeres fallecidas, identificadas solo como "sirvientas" o "criadas", permanecieron sin nombre en la memoria colectiva.
A las 19:00 horas, la misma hora en que ocurrió el incendio, volvieron a sonar las campanas de la iglesia, el único vestigio físico del templo, recreando el llamado que alertó sobre la tragedia.
Miembros del Cuerpo de Bomberos de Santiago participaron para conmemorar que esta institución nació como consecuencia del desastre, mientras en la estatua que homenajea a las víctimas se depositaron flores y mensajes.