Tal vez nadie entonces imaginó que con ese episodio simbólico se inauguraba una nueva etapa en las letras peruanas.
Valdelomar quedó más que feliz con la noticia, pero poco después ocurrió el golpe de Estado del coronel Óscar R. Benavides que derrocó al presidente Guillermo Billinghurst: en protesta, el escritor renunció a su cargo de diplomático.
Contado en primera persona con un lenguaje tierno, conmovedor y ambientado en un entorno provinciano y rural, este cuento nos narra la historia de un viejo gallo de pelea llamado el Caballero Carmelo, que debe enfrentar a otro más joven, el Ajiseco.
Le pusieron por nombre el «Caballero Carmelo» y pronto se convirtió en un gran peleador, ganador en múltiples duelos gallísticos.
Ya viejo, el gallo fue retirado del oficio y todos esperaban que culminaría sus días de muerte natural.
Hubo sentimiento de pena en toda la familia, pues sabían que el «Carmelo» ya no estaba para esas lides.
Pero el «Carmelo» no se dio por vencido; herido en carne propia pareció acordarse de sus viejos tiempos y arremetió con furia.
Los partidarios del «Ajiseco» creyeron ganada la pelea, pero el juez, quien estaba atento, se dio cuenta de que aún estaba vivo y entonces gritó.
Todos felicitaron a su dueño por la victoria y se retiraron del circo contentos de haber visto una pelea tan reñida.
El «Carmelo» fue conducido por Abraham hacia la casa, y aunque toda la familia se prodigó en su atención, no lograron reanimarlo.
Caso insólito en la literatura peruana hasta ese entonces (aunque no en la hispanoamericana), que los personajes principales sean animales, en este caso dos gallos de pelea: Estos apelativos no son nombres propios, como se podría pensar, sino que aluden al color del plumaje de ese tipo de aves, tal como era costumbre clasificarlos entre la afición gallística peruana desde el siglo XVII.
Habría que mencionar también al gallo «Pelado», el protagonista de la sección II del cuento.
El otro personaje principal es el narrador y testigo de la historia, es decir el mismo Abraham Valdelomar, que cuando aquella transcurre debía tener entre 8 y 9 años de edad, no más (algunas versiones dicen que tenía entonces 12 años, pero esto es improbable, ya que cerca de cumplir 11 años abandonó Pisco con toda su familia y se fue a vivir a Chincha).
A continuación, un resumen del cuento por capítulos, para tener una visión global de su estructura.
I.- El relato se inicia con la llegada de Roberto, hermano mayor del narrador, quien trae regalos para la familia.
El muchacho entonces llora impotente, ante lo cual interviene la madre, quien le promete que no matarían a su gallo.
III.- El narrador hace una descripción de Pisco, frente al mar, con sus tres plazuelas y su puerto.
De estos aldeanos el narrador hace una descripción idílica (en algunas versiones del cuento, sobre toda en aquellas destinadas a los escolares, se mutila inexplicablemente esta sección).
IV.- Comienza con la descripción del gallo Carmelo, a quien el narrador pinta con trazos de caballero medieval.
La pelea de los gallos se realiza en una pequeña cancha, a la que asiste mucha gente, entre apostadores y espectadores.
[4] En este relato, Valdelomar maneja la animización, por la cual los seres o entidades de la naturaleza son caracterizados con atributos humanos.
El narrador le endilga de epítetos como «hidalgo», «amigo íntimo», «héroe», «paladín» y «caballero medieval».
Basadre señala también que con Valdelomar aparece por primera vez el niño como protagonista en la narrativa peruana.
Algunos intentan «dilucidar» en el cuento un mensaje contrario a las peleas de gallos; sin embargo no es esa la intención del escritor.