Se ambienta en el año 63 a. C., y Cicerón es cónsul de Roma.
Gordiano, que en el pasado hizo trabajos para Cicerón, se ha trasladado al campo de Etruria, donde ha heredado una granja de su viejo amigo aristocrático, Lucio Claudio.
Desafortunadamente, no se lleva bien con sus vecinos, todos ellos de la misma familia Claudia, que desdeñan al recién llegado y ansían hacerse con su granja.
Ante los tribunales, gracias a la defensa que Cicerón hizo de sus derechos, Gordiano ha conseguido mantener su granja.
A cambio, como favor, Cicerón le pide, a través de su protegido Marco Celio, que reciba en su casa al infame Lucio Sergio Catilina, que -cree Cicerón- está tramando una conspiración contra él y asumir el poder en Roma.