La trama gira en torno a los secretos y los poderes mágicos concedidos por un escapulario, que le permite al portador salvaguardar su propia vida.
Dicho escapulario salvó la vida de sus hijos.
[1] La película se caracteriza por el cuidado de la ambientación, iluminación y la fotografía, que estuvo a cargo de Gabriel Figueroa.
Para su filmación, se utilizó la corrección de color, tomas subjetivas y elementos narrativos para permitir al espectador ver a través del personaje.
Asimismo se usaron tomas experimentales pocas veces realizadas en México en esa época.