El infante Carlos María Isidro

Al final, una vez definidos los planos y las proporciones, se añadían los matices de color.

Extremadamente religioso y tradicionalista, a la muerte de Fernando VII fue el primer pretendiente carlista al trono español, con el nombre de Carlos V.

Es una obra de extraordinaria calidad, donde Goya muestra su dominio de las pinceladas sueltas y vibrantes sobre una excelente preparación rojiza para asentar el óleo.

El aragonés despliega en el cuadro toda la vitalidad y los rasgos sentimentales del infante, en una obra que demuestra convencer sin idealizar, función reservada al lienzo definitivo.

Con respecto al cuadro final existen varios cambios sensibles que se aprecian a simple vista.