La versión en español fue editada por Ediciones del Bronce (Barcelona) en 2002 y tiene 540 páginas.
La traducción corrió a cargo de Xin Fei y José Luis Sánchez.
El eje narrativo son los recuerdos de un hombre en soledad que, como se advierte desde la primera frase, “no ha olvidado que tuvo otra vida”.
Desde ese momento la individualidad pasa a formar parte de lo cotidiano, cada hombre, cada mujer es tan sólo un ladrillo en un muro que se supone como alentador en un ambiente de desesperanza y terror.
Se conjuga el erotismo, el amor, la violencia política, los buenos recuerdos, en una novela sencilla, con la característica de lo sublime.