El muchacho del pájaro

Se conserva en el Museo del Prado, y su pareja, con las mismas dimensiones es El niño del árbol.

Sin embargo, su reducido tamaño ha hecho que no se le estudie con detenimiento, siendo considerada una obra de conjunto.

La esbelta línea de éste ha permitido dar al cuadro un sentido de verticalidad.

En la escena Goya crea un sentido de perspectiva, que además ha sabido interpretarse como un magnífico sentido de verticalidad.

Ha pasado desapercibida para los críticos, quienes se han interesado más en otras obras de Goya como La novillada o Los leñadores.