Los ejércitos del norte de África prometieron a estos emigrantes poner a su servicio hasta doce bajeles para permitir el traslado desde Carboneras hacia Orán.
Sin embargo, esta operación no tenía fines militares sino económicos, ya que tenía derecho a quedarse con un 20% del botín de guerra.
[5] La orografía daba, en principio, toda la ventaja a los cristianos, que situados bajo las grandes peñas del cerro no eran alcanzados ni por las rocas que arrojaban los moriscos ni por sus flechas.
Para mayor desgracia de los defensores moriscos, se convirtieron en blancos fáciles para la arcabucería.
Sin embargo, la valentía de estos últimos fue tal que casi consiguieron cambiar las tornas, al producirse una huida masiva de atacantes cristianos.