El portero, también conocida como Puerta, joven,[1] es una película mexicana de 1950, dirigida por Miguel M. Delgado.
[1] Cantinflas consigue trabajo como portero de una vecindad en la que realiza sus deberes por la mañana, sale a barrer la entrada, redacta cartas para aquellos que no saben leer ni escribir, recibe la leche y ajusta cuentas con el lechero y la reparte entre los vecinos; al rato conoce al Profesor Sebastián (Carlos Martínez Baena) quien siempre instruye a su paso y conoce a una mujer vecina llamada Rosa María (Silvia Pinal), quien se encuentra en estado de discapacidad y Cantinflas accede a ayudarla a cambio de alguna intervención médica que se le realizará pronto.
Al llegar a la escuela, le llaman al Profesor Sebastián para ir con los directivos y deja a Cantinflas a cargo de la clase; en la junta con los directivos se comenta que el dinero que se aporta a la escuela es meramente para el aprendizaje, pero el profesor discute que no es posible un aprendizaje cuando los niños no han comido, amenazan con quitar el presupuesto de la educación si se sigue alimentando a los niños y no rinde frutos en la misma, concretan una fecha para aplicar exámenes, los cuales son el ultimátum si las calificaciones no son altas.
En la vecindad se encuentra con malas noticias, el vecino borracho que le había pedido los mariachis ha muerto.
El hombre que Cantinflas conoció en el Tenampa, resulta ser un médico llamado Perfecto Lozano (José Baviera), a quien acude para curar a Rosita, el médico será quien apoyará a Cantinflas para que Rosita se recupere de su discapacidad, le hace unos descuentos, pero aun así necesitan dinero para operar a Rosita; Cantinflas sale en búsqueda del Profesor Sebastián, quien le comenta que lo han destituido de su cargo, se dirige a la Secretaria de Educación para presentar una queja sobre la situación de su profesor, quien lo atiende le comenta que inmediatamente será revisado el caso.