La novela está organizada de forma inhabitual: no se divide en capítulos, sino en horas.
Quico es un niño con una imaginación muy viva,lo cual provoca que distorsione la realidad y la adapte a sus fantasías.
Pero cuando ve que la mentira da como resultado el tener captada la atención de todos, la mantiene.
De esta manera, los dos temas –el síndrome del príncipe destronado y el miedo- se enlazan en un mismo episodio.
En este sentido, el padre considera que en su casa las únicas ideas deben ser las suyas.
Por tanto, se intuye que en un futuro padre e hijo pueden tener una confrontación ideológica, un conflicto generacional.
Por tanto, la narración no da lugar a que haya elipsis temporales significativas.
Pero más allá de esta precisión, encontramos en la novela datos y detalles que permitirían datar la historia de una manera aproximada: La novela transcurre en un espacio urbano, como ya hemos dicho.
Además, predominan los espacios cerrados, ya que casi todas las acciones tienen lugar en la casa familiar de Quico.