El regreso de la espía

Sin embargo, 20 años antes era una muy temida espía del KGB que estuvo activa en Nueva York.

Era conocida como El Susurro, que nadie pudo identificar y que más tarde, al derrumbarse la Unión Soviética, huyó de Rusia para vivir en los Estados Unidos cuando se derrumbó el sistema de inteligencia en Rusia.

Un día ella es destapada misteriosamente por la CIA cuando acompañó a su hija Becca a Madrid para que ella pudiera participar en una competición internacional de patinaje artístico sobre hielo.

Por ello tendrá que volver a ser la de antes y transformarse correspondientemente para intentar vencer a un insidioso enemigo, enfrentarse a su pasado, resolver cómo la encontró la CIA y al mismo tiempo poder cuidar de su hija sin que se entere.

[3]​ Para filmarla, en plena pandemia, se cerró el Hotel Hyatt de la Gran Vía, donde vivía el equipo y se grabaron gran parte de las escenas en sus interiores.