Coprotagonizada por Pablo Rago, Javier Godino, Mario Alarcón y Mariano Argento.
También, contó con las actuaciones especiales de Guillermo Francella y José Luis Gioia.
[2][3] En 1999, Benjamín Espósito (Ricardo Darín), un agente judicial retirado, decide escribir una novela acerca de un asesinato ocurrido en 1974, en cuya investigación se había involucrado.
Su esposo, ahora viudo, Ricardo Morales (Pablo Rago), queda destrozado por la tragedia; Espósito le promete encontrar al asesino y llevarlo ante la justicia.
Este es ayudado por su asistente, Pablo Sandoval (Guillermo Francella) y la nueva jefa del departamento Irene Menéndez-Hastings (Soledad Villamil), una joven de origen acomodado.
El rival de Espósito en el tribunal, Romano, acusa a dos trabajadores inmigrantes para deshacerse del asunto; Espósito tras descubrir que ambos habían sido torturados para que se declararan culpables se enzarza en una pelea con su colega en los pasillos del propio juzgado.
De vuelta a la Capital Federal, la «visita» solo les causa problemas con sus superiores, y no logran conseguir ninguna evidencia en las cartas.
Luego de haber asistido a 4 encuentros, Espósito y Sandoval localizan a Gómez entre la multitud en un partido entre Huracán y Racing Club disputado en el Estadio Tomás Adolfo Ducó.
Una persecución comienza en la que Gómez casi escapa, pero es finalmente atrapado gracias a la asistencia de la policía cuando en la persecución ingresa accidentalmente a la cancha, chocando contra un jugador de Racing.
A Espósito le toca la dura tarea de informar a Morales que el asesino de su mujer seguirá libre, dato que deja al hombre destruido.
Espósito avanza y mira por detrás de la puerta: Morales lleva ese plato a una celda de cuya oscuridad sale un hombre decrépito, quien resulta ser –viejo y maltrecho– el asesino Gómez, a quien Morales ha mantenido preso y alimentado durante 25 años, durante los cuales ni una sola vez le dijo una sola palabra.