El tiempo se ha detenido

Natale Rossi, Roberto Seveso y Paolo Quadrubbi, todos actores aficionados, se pueden ver en los papeles.

Cuando uno de los dos es reemplazado según la rotación, en lugar del conocido pero no disponible suplente, llega un voluntario y muy inexperto joven, un estudiante trabajador que espera que la soledad en la alta montaña le dé tiempo para prepararse para sus exámenes.

La decepción del anciano se expresa inicialmente en una fría distancia hacia el "extraño" en todos los aspectos.

Y cuando los dos tuvieron que buscar refugio en la capilla de piedra por la tormenta que se avecinaba y solo las velas del altar alumbraban por falta de otros alumbrados, se hizo evidente que este apoyo mutuo no solo tenía raíces humanitarias.

A la mañana siguiente la tormenta y la fiebre han amainado.