Sin embargo, dos meses más tarde, el coronel Enrique Campino, aburrido del sistema que hasta los parlamentarios consideraban inviable, decide dar un golpe de Estado contra Agustín de Eyzaguirre, y llama al general Ramón Freire a ocupar nuevamente el gobierno; el general estaba recién retornando de sus exitosas campañas en el sur.
En el caso del vicepresidente, salió electo Francisco Antonio Pinto, que acompañaba a Freire en la fórmula, con 27 votos, el resto, de igual forma, fueron abstenciones.
Así legitimó su mandato presidencial, y ordenó a una Comisión Constitucional, redactar un nuevo sistema (liberal) que estuviera a la altura de las circunstancias y aterrizado a la realidad nacional.
Posterior a eso, renunció en Francisco Antonio Pinto, quien gobernó hasta dictar la nueva Constitución de corte liberal, en 1829, redactada por José Joaquín de Mora y Melchor de Santiago Concha y Cerda.
Casi inmediatamente, Pinto convocó a elecciones presidenciales con las nuevas leyes.