Maximiliano Hernández Martínez era el único candidato y ganó las elecciones, sin embargo, no se publicaron los resultados.
4 meses después en abril del mismo año se dio un movimiento insurreccional de jefes militares tendiente a deponer al General Martínez, aunque fallido el movimiento conspiratorio, permitió a todos aquellos sectores oposicionistas al gobierno, encauzar su descontento y pasar a reivindicar las causas que habían defendido militares representantes del sector profesional del ejército.
Muchos de ellos condenados a muerte, sangre de la misma institución, que valientemente defendió a la Patria doce años antes y que protegió al mismo General Maximiliano Hernández Martínez, en los momentos de mayor incertidumbre e inestabilidad política, las condiciones estaban dadas para su derrocamiento y le correspondió al movimiento estudiantil encender la chispa.
Es a partir de una provocación policial al Campus Universitario, que el movimiento tomó forma y los estudiantes declararon una huelga indefinida, ya no en protesta por la agresión policial, sino en contra del gobierno militar y demandan su retiro del poder.
El júbilo popular fue evidente, se demostró una vez más que al producirse un distanciamiento entre el pueblo y los gobernantes se llega evidentemente al abismo de la crisis que tiene diversas manifestaciones.