Para el momento de los comicios, la popularidad personal de Hoover era extremadamente baja, siendo percibido como un presidente que hacía poco para resolver la crisis debido a su negativa a incrementar la intervención federal en los asuntos económicos.
[1][2] Inicialmente, los republicanos fueron ampliamente reconocidos por implementar medidas proteccionistas, que tenían la intención de limitar las importaciones para estimular el mercado interno.
En todo el país, los candidatos republicanos enfrentaron el estigma de verse responsabilizados por el colapso económico.
A pesar de esta situación, los republicanos lograron al final de las elecciones retener un ínfimo quorum legislativo con 218 escaños sobre 216 del Partido Demócrata, mientras que el escaño restante fue ocupado por el Partido Campesino-Laborista del estado de Minnesota, que fue ocupado por Paul John Kvale.
Sin embargo, durante los meses siguientes murieron catorce cargos electos, lo que motivó elecciones parciales, en las cuales los demócratas vencieron estrechamente al oficialismo.