Elecciones en Perú

De acuerdo al calendario electoral, estas pueden ocurrir un mismo día: Las elecciones generales, que incluye la elección presidencial (en las que se elige al presidente y los dos vicepresidentes) y las elecciones parlamentarias (en las que se elige a los miembros del Congreso de la República); las elecciones regionales, provinciales y distritales, en las que se elige a los gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales; las elecciones del Parlamento Andino, en las que se elige a los titulares peruanos dicho órgano.

Esta obligación, que incluyó la sanción a peruanos residentes en el extranjero entre 1970 y 2006,[11]​ explica en parte el bajo ausentismo en las elecciones:[10]​Por Ley 26859 de 1997, las listas al Congreso, regiones, municipios y del Parlamento Andino están obligadas a cumplir con una cuota de género del 25 %.

Estas elecciones se desarrollaron mediante procesos directos o indirectos (a través de delegados).

Durante la mayor parte de su trayectoria republicana, el Perú ha tenido un Congreso bicameral,[4]​ así que este segundo voto se desdoblaba, a su vez, en dos: uno para elegir diputados y otro para elegir senadores.

[4]​ En cada distrito electoral, los asientos son distribuidos entre las agrupaciones políticas participantes con un criterio proporcional, es decir, en relación con la votación que hayan obtenido sus listas de candidatos.

Esta norma se opera con la cifra repartidora o Método d’Hont.

Los representantes del Perú en el Parlamento Andino son elegidos también por un periodo de 5 años.

Se elige mediante votación directa en distrito electoral único y cifra repartidora.

Los gobernadores, vicegobernadores y consejeros regionales son elegidos por un periodo de 4 años.

Previamente, por 40 años, fueron elegidos indirectamente al menos en Lima;[28]​ para eso se convocaron las juntas electorales, con una cantidad reducida de personas.

Se caracterizan por la participación de los movimientos regionales, una alternativa más ligera a los partidos políticos,[31]​ y llevan menor carga en su militancia.

[34]​ De la misma manera que las elecciones parlamentarias, los asientos son distribuidos entre las agrupaciones políticas participantes con un criterio proporcional, siguiendo la cifra repartidora.

Estos centros son generalmente entidades educativas (públicas y privadas) así como dependencias del Estado.

Unos días antes, se establece el silencio electoral para evitar cualquier proselitismo de los partidos políticos.

Según el Instituto Peruano de Derecho Electoral, nadie más puede realizar encuentros masivos (sociales, entretenimiento y religiosos) para centrarse únicamente en el proceso electoral, además que aplica temporalmente la ley seca.

[36]​ Para poder votar, es necesario identificarse previamente con el DNI,[37]​ aunque hasta 2001 se recurría a la ya descontinuada libreta electoral.

Independientemente de que estén caducados, estos deben ser originales y no fotocopiados.

A continuación, el presidente entrega al votante su DNI con una pegatina de sufragio.

Para seleccionar, se marca solo un partido o movimiento por tipo, aunque también es aceptable dejar el recuadro en blanco.

[45]​ Este mismo proceso se repite con cada ánfora del centro de votación.

Para las elecciones de 2026, el Congreso acordó que estas no fueran destruidas, sino retenidas por la ONPE durante al menos tres meses.

[43]​ En general, el procedimiento dura un día (establecido en su estatuto de 1931),[41]​ que puede prolongarse más tiempo caso para las actas observadas o votos impugnados.

Una de las mesas encargadas de la recolección de votos en Lima durante las elecciones generales de 1931 .