La reina María Cristina nombró presidente a Baldomero Espartero, líder indiscutible del Ejército del Norte, pero este finalmente declinó dada su ocupación en el frente de la Primera Guerra Carlista.
Finalmente, la Reina encargó el gobierno al diplomático Eusebio Bardají Azara, considerado un moderado centrista de bajo perfil.
Los moderados se organizaron de un modo más eficaz, ahora bajo el nombre de “monárquicos-constitucionales”, aunque todo el mundo les seguía llamando moderados.
[1] La victoria del Partido Moderado fue arrolladora y ello provocó que el espíritu centrista y conciliador que había sustentado la Constitución de 1837 desapareciese rápidamente en los meses siguientes.
Ser español, varón, mayor de 25 años y del estado seglar, así como cumplir el resto de condiciones que se especifican para ser elector.