A finales de octubre de 1961, el gobierno soviético envió una nota diplomática al Gobierno finlandés, alegando que el neofascismo y el militarismo estaban creciendo tanto en Alemania Occidental que Finlandia y la Unión Soviética corrían peligro de ser atacadas por ese país o por otros miembros de la OTAN.
La Unión Soviética pidió a Finlandia que negociara una posible cooperación militar conjunta en virtud de los artículos del Tratado fino-soviético.
La llamada "crisis de la nota" alarmó a muchos finlandeses, políticos y votantes ordinarios por igual.
Kekkonen viajó entonces a la Unión Soviética, donde el líder soviético, Nikita Jruschov, negoció brevemente con él y aseguró a la audiencia en Novosibirsk que Finlandia y la Unión Soviética seguían teniendo buenas relaciones, aunque algunos finlandeses intentaron empeorarlas y que los ejercicios militares conjuntos no eran necesarios, después de todo.
Finalizada la crisis, la popularidad de Kekkonen aumentó enormemente, por lo que la coalición opositora se convirtió en una coalición oficialista, de la que solo los socialdemócratas se mantuvieron fuera.