Elecciones provinciales de Río Negro de 2003

Fueron las sextas elecciones provinciales desde la restauración de la democracia en Argentina en 1983, así como los décimos comicios rionegrinos desde la provincialización del territorio en 1958.

Resultaba clave en los comicios el apoyo del presidente Kirchner, que en las elecciones presidenciales había obtenido una clara victoria en la provincia.

A pesar de que la diferencia en las encuestas entre el postulante oficialista y el candidato del principal partido opositor disminuyó ligeramente en los últimos días antes de la elección,[3]​ prácticamente todos los sondeos auguraban que Saiz sería derrotado por Soria.

El radicalismo, además de su candidatura oficial con Leopoldo Moreau, se vio fragmentado con otros dos candidatos: Ricardo López Murphy, por la formación Recrear para el Crecimiento, y Elisa Carrió, por la alianza Argentinos por una República de Iguales.

Un intento de Mendioroz para que sus dos mandatos en la vicegobernación no contara para postularse a la gobernación fue desbancado judicialmente por la intervención del exmandatario Horacio Massaccesi, el cual más tarde estaría cerca de ser expulsado del partido.

[6]​ Se buscaron acuerdos para evitar la realización de internas directas que pudieran dividir al partido, con escaso éxito.

[2]​[8]​ Dentro del Partido Justicialista, principal formación opositora en la provincia desde la restauración de la democracia y gobernante a nivel nacional, existió un amplio consenso para nominar al dirigente Carlos Ernesto Soria, el cual había ejercido como Secretario de Inteligencia en el gobierno de Eduardo Duhalde y respondía al sector del justicialismo que le era favorable.

[9]​ A partir de entonces sumó el apoyo clave del dirigente Miguel Ángel Pichetto, que resultó crucial para obtener la candidatura.

[9]​ Ante un reclamo por parte del candidato a gobernador, se produjo un compromiso en enero de 2003 por el cual los tres candidatos presidenciales del dividido partido (Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá) se comprometieron a apoyar las candidaturas gubernativas que surgieran de las elecciones internas del justicialismo en cada provincia.

[10]​ La candidatura justicialista formó una colectora con el Partido Provincial Rionegrino, que hasta entonces había apoyado a los candidatos radicales.

[12]​ Aunque el partido se mostró abierto a lograr acuerdos con otras formaciones políticas ajenas al oficialismo, finalmente concurrió en solitario.

[13]​ La campaña estuvo signada por la posible relación que tendría el gobernador electo con la administración nacional cada vez más popular que encabezaba Néstor Kirchner, al comienzo del surgimiento del kirchnerismo en la política argentina.

[14]​ Sin embargo, la verdadera situación con respecto al apoyo de Kirchner a la candidatura justicialista oficial fue incierta.

Esto no se manifestó en los triunfos netamente posicionales por departamento: Saiz se impuso en Adolfo Alsina, Bariloche, Conesa, El Cuy, Nueve de Julio, San Antonio y Veinticinco de Mayo; mientras que Soria (por superposición de votos entre el PJ y el PPR) ganó en Avellaneda, General Roca, Ñorquincó, Pichi Mahuida, Pilcaniyeu y Valcneta.

En las anteriores elecciones, Verani había triunfado gracias al voto del Alto Valle, a pesar de los malos resultados electorales en Viedma, donde su oponente justicialista, Remo Costanzo había obtenido un contundente triunfo.

[5]​[1]​ Aunque tuvo un desempeño aceptable, el MARA no pudo superar el 22% de los votos en ningún circuito y no obtuvo legisladores mediante este sistema, mientras que pudo obtener dos bancas proporcionales con la elección de Osvaldo Muena y Celia Graffigna.

Situación similar enfrentó el PPR, que pudo consagrar como diputado poblacional a Claudio Lueiro.

Todos los bloques políticos en la legislatura entrante (con la excepción del PPR, que solo obtuvo un diputado) contaban con al menos una mujer electa.