De cara a los comicios, el radicalismo sufrió una escisión en la provincia que ya se estaba gestando también a nivel nacional.
La disputa se daba entre un sector "personalista" u "oficialista", favorable a Yrigoyen, y un sector "antipersonalista", opositor a él.
El conservador Partido Liberal presentó al exgobernador Ernesto Padilla, mientras que el Partido Socialista (PS), presentó a Mario Bravo.
Padilla logró el segundo puesto con un 33,97% de los votos y 14 electores.
En un resultado sumamente magro para el radicalismo yrigoyenista, que había conseguido que se prohibiera a Vera y sus partidarios utilizar la denominación partidaria, Pérez obtuvo solo el 27,27% y una mínima representación de 8 electores.