En los años 1950, Brown fue contratado por distintas empresas aeroespaciales que querían desarrollar este sistema, sin resultados a la vista, pues todas las investigaciones por parte del estado de Estados Unidos y de distintas empresas privadas fueron guardadas como confidenciales.
[1] Brown también nombró este fenómeno como el "efecto Biefeld-Brown" en honor a su aclamado mentor Paul Alfred Biefeld.
La Electrogravedad tuvo sus orígenes en los experimentos comenzados en 1921 por Thomas Townsend Brown, (quien acuñó el nombre), cuando aún estaba en la escuela secundaria.
Brown mostró este efecto a sus profesores de la universidad e incluso periodistas y les dijo que estaba convencido de que había logrado influir en la gravedad electrónicamente.
El investigador y autor Paul LaViolette ha producido muchos libros autoeditados sobre la electrogravedad.