[4] En su autobiografía, Una ragazza speciale (2011) explicó que su madre nunca la apoyó en su tentativa de ser una mujer autónoma.
En 1952 ganó un concurso para trabajar como secretaria del Consulado General de Italia en Asmara.
En Una chica muy especial Elvira cuenta: "Me dediqué a buscar una solución jurídica para los hijos considerados ilegítimos porque nacieron de madres etíopes y padres italianos.
[6] En 1964 Elvira llegó a Italia para participar en un congreso sobre la condición femenina invitada por el socialista Giuseppe Di Vagno, impresionado por la lucidez de la joven.
Banotti intervino preguntándole cómo entendía la relación con las mujeres, señalando que su actitud era de colonialista y violador y señalando que una situación similar sería considerada en Europa violencia contra una niña.
[10][11] Mientras en Milán en 1966 se forma el primer grupo feminista italiano: DEMAU (DEMistificazione Autoritarismo), con la influencia del mayo del 68 se crean nuevos grupos en diferentes puntos de Italia: formaron colectivos feministas en Milán (Anabasi, con Serena Nozzoli, y Rivolta Femminile, con Carla Lonzi), en Roma (el Grupo Pompeo Magno y nuevamente Rivolta Femminile, con Elvira Banotti), en Trento (Cerchio Spezzato) y en Padua (Lotta Feminista).
Identificar a la mujer con el hombre significa cancelar el último camino hacia la liberación.
Para la mujer, la liberación no significa aceptar la misma vida que el hombre porque es inhabitable, pero expresa su sentido de existencia" afirma el manifiesto.
En su biografía, Banotti escribe: "En 1968, reuniendo a algunas amigas, fundé el primer grupo feminista italiano llamado RIVOLTA FEMMINILE".
En Roma publicamos el pequeño folleto azul "Rivolta Femminile" que diferenciaba a nuestro grupo de los numerosos movimientos de mujeres que estallaron en ese periodo.
[2] En 1988 Banotti y su grupo denunció a Giuglielmo Pepe, redactor jefe del diario La Repúbblica por acoso sexista.
En una entrevista con Radio Radicale, definió la prostitución como la "organización de la violación social... perpetrada por un Estado que castiga los crímenes colaterales pero tolera la violencia que siempre sufren las mujeres".
Perteneció al colectivo feminista la Città sessuale,[10] que en 1989 participó en las elecciones municipales de Roma.
En las elecciones generales de Italia en 2013 participó simbólicamente como candidata al senado en el puesto 8 de la lista del Movimento Eudonna (Eudonna movimento Federativo Femminile per l'Europa".
[18] Mientras reinaba el feminismo militante y el Partido Comunista lo había convertido en bandera de sus federaciones de mujeres, Elvira Banotti ocupó la sede del Il manifesto[10] y se dirigió a sus periodistas "Nunca nos habéis hecho hablar, ni habéis publicado los escritos que hemos perdido; pero hablaremos de todos modos...
Ustedes hoy, al bloquear el camino a cualquier aclaración aportada por las feministas, representan efectivamente la última mentira en la historia de la esclavitud.