Es considerado como uno de los abogados más destacados en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción en Chile.
Era inquieto, pasó por varios colegios en su natal Chillán y decidió ser abogado porque pensaba que le daría libertad.
[1] Emiliano fue mostrando una personalidad inquieta mientras crecía bajo la mirada protectora de sus hermanos mayores.
José Miguel Arias, hoy dedicado a la administración de fundos, era el más próximo en edad.
El historiador Luis Igor Antías, compañero de estudios y amigo del hermano profesor de Emiliano Arias, relata que siendo un escolar presentaba gran facilidad para reflexionar sobre historia, era curioso, inquieto y alegre.
Su primer proyecto de memoria lo inició bajo su guía y tenía como tema la Reforma Procesal Penal.
En los primeros seminarios de preparación para los futuros fiscales, Arias trabó amistad con dos abogados que mantienen un rol importante en su vida hasta el día de hoy, aunque por razones opuestas: Pablo Gómez y Manuel Guerra.
El mismo día que logró la condena en un juicio oral contra unos lautaristas que habían actuado durante una conmemoración del Día del Joven Combatiente, apareció una fotografía suya en internet con una mira en la cabeza y bajando a un ataúd.
Asimismo, Abbott lo nombró a cargo de las investigaciones del caso Corpesca, donde se investigan delitos tributarios asociados a financiamiento irregular de políticos como Jaime Orpis y Marta Isasi.
Es en la actualidad Socio fundador y Abogado Penalista del Estudio Jurídico Arias Navarrete en Santiago de Chile.
Su trayectoria lo posiciona como uno de los abogados más destacados en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción en Chile.