El fundador de la compañía, Lambert Riedlinger, llegó a Brasil en 1911 para aplicar sus conocimientos sobre la construcción en hormigón armado, método ya probado en Alemania.
Emílio Odebrecht se unió a la compañía y jugó un papel decisivo en el desarrollo industrial del hormigón armado en Brasil.
Por eso, más tarde, Emílio Odebrecht fue llamado por los ingenieros brasileños con el sobrenombre de "padre del hormigón armado".
El cálculo y diseño del puente se llevó a cabo por su primo, Emílio Baumgart.
Desde entonces, a lo largo del llamado "milagro económico" que vivió Brasil tras la Primera Guerra Mundial, la empresa construyó presas, carreteras, metros o centrales nucleares por todo el país.