Ramírez fija su residencia en Murcia y es nombrado Pianista Oficial del Casino de esta ciudad.
La obra es totalmente costumbrista ya que, los sones de Ramírez, siempre hacen referencia a la cultura local.
Además de componer obras para orquesta, como ya hicieran otros músicos murcianos, procura recuperar viejas y tradicionales canciones, así, en 1942 la Diputación Provincial le concede un premio de música por su compendio Del folklore murciano.
Fueron estrenado por una masa coral de alumnos del conservatorio con el propio Ramírez a la dirección.
Según palabras del propio compositor, en un discurso dado el día del estreno en el Teatro Romea, "he trabajado mucho para despertar el alma murciana, bastante tiempo dormida” Termina diciendo: “mis mejores horas las pasé en nuestra hermosa huerta con lápiz y papel en la mano haciendo música murciana”.