Emilio Rodríguez Mendoza

Utilizó una considerable cantidad de seudónimos, como Juan Jill, con el que escribió artículos polémicos, Garrick, que utilizó para firmar textos sobre teatro, Papa Goriot, Nadar, Fray Candil, Mister Quidam y Don Caprice.

En 1902 vio la luz la novela «Vida nueva», obra que fue halagada por Miguel de Unamuno.

Rodríguez Mendoza, además del cuento y la novela, incursionó en otros géneros como el ensayo, la crónica y las memorias, llegando a publicar alrededor de tres decenas de libros.

En su faceta como ensayista destacaron sus reflexiones sobre la crisis del centenario de Chile y el libro recopilatorio «La flecha en el arco» (1940).

En el año 1953 se le concedió el premio Atenea por «La Emancipación y el fraile de la Buena Muerte».

Samuel Lillo se refirió como sigue al carácter de Emilio Rodríguez Mendoza: Como diplomático y político tuvo una extensa carrera.