[3] Por el contrario, las emociones básicas como la felicidad y la tristeza sólo requieren la conciencia del propio estado físico.
[11] Después de que las imágenes funcionales, en particular la resonancia magnética funcional (fMRI), se volvieran populares hace aproximadamente una década, los investigadores han comenzado a estudiar la toma de decisiones económicas con esta nueva tecnología.
Mientras que áreas cerebrales como la corteza prefrontal medial (MPFC), el surco temporal superior (STS), los polos temporales (TP) y el precúneo que limita con la corteza cingulada posterior se activan tanto en adultos como en adolescentes cuando razonan sobre la intencionalidad de los demás, la PFC medial se activa más en adolescentes y el STS derecho más en adultos.
En comparación con los adolescentes, el polo temporal izquierdo tiene una actividad más fuerte en los adultos cuando leen historias que provocan emociones sociales.
Pero si el que responde se niega a aceptar la oferta, ninguno de los dos jugadores obtiene nada.
[23] Utilizando escáneres de resonancia magnética funcional, los investigadores descubrieron que las emociones sociales provocadas por las ofertas pueden desempeñar un papel en la explicación del resultado.
[24] Los autores interpretan la actividad en la ínsula como la reacción aversiva que uno siente cuando se enfrenta a una injusticia, la actividad en la corteza prefrontal dorsolateral como el procesamiento de la recompensa futura por quedarse con el dinero, y la corteza cerebral posterior es un árbitro que sopesa estas dos entradas conflictivas para tomar una decisión.
Las investigaciones realizadas con escáner PET han descubierto que, cuando los jugadores castigan a otros jugadores, se activa la actividad en el núcleo accumbens (parte del cuerpo estriado ), una región conocida por procesar las recompensas derivadas de las acciones.
[25][26] Esto demuestra que no sólo nos sentimos heridos cuando nos convertimos en víctimas de una injusticia, sino que también encontramos psicológicamente gratificante castigar al malhechor, incluso a costa de nuestra propia utilidad.
[30] La culpa, que es una emoción social con una fuerte implicación moral, también está fuertemente correlacionada con la respuesta empática; mientras que la vergüenza, una emoción con menos sabor moral, está correlacionada negativamente con la respuesta empática, cuando se controla la culpa.