La censura impidió la reaparición de la publicación hasta casi siete años después.
Uno de los artículos tempranos y más significativos ideológicamente de la reanudación del semanario, firmado por Josep Puig Pujades, es fundamental para entender el papel que estos planteamientos ya habían ejercido antes del Directorio y seguirán ejerciendo en el futuro.
La editorial de la reaparición del periódico fue dirigida a "todos los perseguidos por unos ideales, sean los que sean” cuando todavía no se habían restablecido plenamente las libertades constitucionales y en un periodo en que se mantenía la censura.
Igualmente, numerosos artículos girarán en el entorno de la figura del presidente Macià, su personalidad política y su papel en el proceso estatutario.
A propósito del nuevo contexto de guerra, se ha constatado que sus promotores se adaptaron pero que, además, lo hicieron desde una actitud contemporitzadora hacia el proceso de revolución social puesto en marcha en la zona republicana.
Desde las primeras semanas del conflicto, el periódico insistía en la idea de que se estaba en un guerra pero, a la vez, en un proceso revolucionario dentro del cual, la izquierda burguesa y catalanista tenía que intentar resituarse y encontrar su lugar junto a las fuerzas estrictamente obreras.
Algunos de los colaboradores que participaron, con mayor o menor asiduidad, a la publicación fueron nombres muy conocidos en la historia de la cultura catalana: Joan Maragall, Jaume Miravitlles, Prudenci Bertrana, Antoni Rovira y Virgili, Josep Pallac, Delfí Dalmau, Alexandre Deulofeu, Claudi Ametlla, August Pi Suñer, Lluís Bagaria o inclús el pintor figuerense Salvador Dalí.
[4] Los principales ideales políticos que se defienden desde el periódico son catalanismo, republicanismo y federalismo.
[1] El periódico preconiza también la laicidad frente a los valores religiosos que habían imperado secularmente en España.