Las pequeñas hembras (de unos 0,6 mm de longitud) son negras con el abdomen amarillo y las alas opalescentes.
Los machos son extremadamente escasos en comparación con las hembras.
Ambas son fácilmente distinguibles de pupas no parasitadas.
E. formosa ha sido utilizada en el control biológico de moscas blancas en invernaderos desde los años 0 del siglo XX.
El uso de este insecto cayó en desuso debido al incremento del uso de los insecticidas sintéticos y hacia 1940 prácticamente ya no se utilizaba.