Aparece ya en la medieval Representación de los Reyes Magos (1145) quizá por influjo francés.
: Tiene un carácter enfático y se acomoda con facilidad al compás de la danza.
El eneasílabo laverdaico va siempre acentuado en segunda y sexta sílabas, aparte, claro está, de la octava.
Lo introdujo el poeta español del siglo XIX Gumersindo Laverde: Produce un efecto tenue y ligero.
El eneasílabo iriartino se llama así en honor a Tomás de Iriarte, poeta español del siglo XVIII.