Poco conocida y estudiada, pero parece bien establecido que tras la viremia transitoria subsiguiente a la picadura de una garrapata infectada, el virus se replica masivamente en tejidos linfoides y endotelio vascular, especialmente de tubo digestivo, dando lugar a fragilidad vascular con hemorragias e hiperplasia linfoide; se sospecha un componente inmunopatológico mediado por linfocitos.
La muerte suele ocurrir del 3.º al 6.º día, pero los supervivientes adquieren inmunidad de por vida.
Las lesiones macroscópicas en los casos sobreagudos le limitan a linfadenitis generalizada con hemorragias petequiales y equimosis en las serosas de todos los órganos.
En las formas más típicas son obvias las hemorragias gastrointestinales, especialmente en intestino grueso desde las válvulas ileocecales, tanto de tipo petequial como equimótico, o lineal en recto; el contenido es sanguinolento.
[1] and has been used during outbreaks,[2] En las áreas endémicas, el ganado local, continuamente expuesto, está protegido en su primera edad por los anticuerpos calostrales, y adquiere progresivamente la inmunidad natural.