Engracia de Zaragoza

Engracia de Zaragoza fue una santa mártir hispanorromana.

Murió víctima de la persecución decretada por Diocleciano en el 303 d. C. Fue mandada hacia el Rosellón con el fin de casarse con un noble rico de allá, la acompañaba su tío Lupercio, diecisiete nobles y una sirviente llamada Julia.

Se hallaba en Zaragoza mientras viajaba cuando fue puesta en marcha la persecución contra los cristianos.

Intercedió por los cristianos ante los tribunales romanos haciéndose ella misma reo de tortura.

Se conservan sus restos en la iglesia basílica de Santa Engracia de Zaragoza.