Fue premiado con la Creu de Sant Jordi por el gobierno catalán en 2001 y escribió un libro con sus pretendidas experiencias.
Pretendidamente afirmó haber participado en el fallido desembarco de Mallorca, haber trabado amistad con el que, a la postre, sería el afamado maqui Quico Sabaté y haber sufrido graves heridas que le apartaron del frente justo cuando los nacionales consumaban la toma de Cataluña.
Acorde a la investigación de Javier Cercas, Enric Marco, entonces conocido como «Enrique Marcos», convivía con la familia de la que entonces era su esposa y se dedicaba a trabajos menores en la ciudad.
Fue trasladado a Kiel, una ciudad portuaria en el norte de Alemania, donde trabajaría como mecánico en la industria naval.
En un determinado momento fue apresado y pasó varios meses como prisionero en la cárcel de Kiel acusado de realizar comentarios derrotistas e izquierdistas en público; absuelto de las acusaciones, permaneció un tiempo más como trabajador en Kiel hasta que pudo regresar a España gracias a un permiso vacacional.
Durante este tiempo también adoptaría otros nombres, como «Enrique Durruti» o «Enric Batlle».
También afirmó haber militado en organizaciones clandestinas antifranquistas y haber estado varias veces en prisión por estos motivos, sin embargo, no existen testimonios que prueben ninguna de estas afirmaciones, si bien sí que llegó a ingresar en prisión en alguna ocasión pero debido a delitos comunes, no políticos.
Fue entonces cuando Marco afirmó que, tras la Guerra Civil, se involucró con organizaciones clandestinas antifranquistas y que, para huir de las autoridades, marchó al exilio a Marsella, desde donde tomó contacto con la Resistencia francesa.
En abril de 2005 un informe del historiador Benito Bermejo Sánchez establecía que los relatos de Marco eran muy inconsistentes y demostraba que Marco nunca había sido exiliado republicano, sino que al terminar la Guerra Civil española se marchó a la Alemania nazi como trabajador voluntario virtud del tratado firmado entre Franco y Hitler para colaborar en el esfuerzo bélico alemán para la empresa Deutsche Werke Wreft.
Marco nunca fue arrestado por resistencia antinazi ni mucho menos llegó a ser deportado al campo de Flossenbürg.
Marco también siguió afirmando haber sido un activista del movimiento libertario contra Franco y haber permanecido en la clandestinidad desde que regresó a España hasta el final del franquismo.